La pizarra española se ha ido haciendo más y más famosa en los últimos tiempos, y a estas alturas, podemos distinguir mediante la Normativa Europea, hasta tres tipos de materiales aceptados para este tipo de pizarras para cubiertas.
En primera instancia tenemos la pizarra para cubierta no carbonatada y de compresión tectónica; en segundo lugar la pizarra para cubierta no carbonatada de compresión litostática; y por último, la pizarra para cubiertas carbonatadas. Como puedes ver, son muchas las opciones de acuerdo a las necesidades que el público pudiera tener al respecto.
Estudios del Centro Tecnológico de la Pizarra han determinado que algunas de las principales características de la pizarra gallega tienen que ver con la forma en la que puede hacer frente a los ciclos de hielo, además de la resistencia a la flexión o el menor riesgo de sufrir inconvenientes entre los que se encuentran tanto los rajados como las roturas.
Nuestro equipo de especialistas se encarga de realizar colocaciones de cubiertas, y además de hacerlo entregando los certificados correspondientes, con homologación y garantía anti-oxidación. Gracias a expertos como éstos, España es considerada ahora mismo como la principal productora de pizarra de todo el mundo, exportando incluso a países en todas partes del globo.
Si estás pensando en tu hogar, y lo proyectas siguiendo todas las normativas necesarias de una arquitectura que no deje de lado los aspectos de sustentabilidad y eficiencia energética, sin dudas ésta es una de las soluciones en las que deberías pensar. Incluso, ten en cuenta que a nivel ecología, la producción de este tipo de pizarras, no tiene contraindicaciones.
Si tuviéramos que destacar sólo una de las ventajas que puede ofrecernos la pizarra española, habría que hablar entonces de la durabilidad. Más allá de su permanencia o exposición frente a situaciones como podrían ser nevadas, lluvias o heladas, su sistema la hace capaz de ser funcional durante 100 años, por lo que es posible incluso que no volvamos a cambiarlas en nuestra vida.
A eso tenemos que sumarle posteriormente que sus costes de fabricación no son elevados como suele ocurrir muchas veces en este tipo de soluciones que resultan tan duraderas. Muchas veces, hemos instalado pizarras que han quedado intactas en el momento en el que el edificio fue derrumbado debido a que el resto de sus instalaciones ya no eran útiles.