Aunque el uso del Onduline ha ido menguando en los últimos años, está más que claro que se trata de un mecanismo idónea para ser colocado debajo de las tejas. Su montaje es muy sencillo y fácil; incluso el Onduline podrá retirarse en el caso de que se necesiten nuevas reparaciones o los anclajes de parabólicas, antenas o instalaciones complementarias en el tejado.
El Onduline ofrece a sus usuarios una alta fiabilidad, ya que no suele fallar. Aunque el Onduline no aporte a la vivienda un aislamiento térmico de mucha categoría, sí que es un aliado idóneo a la hora de impermeabilizar un tejado inclinado o una cubierta con pendiente.
Y es que colocar Onduline bajo las tejas será muy recomendable, porque, además de instalarse con comodidad y rapidez, dará una respuesta efectiva frente a la acción de las humedades, de las goteras y de las filtraciones. Con este sistema se garantiza la estanqueidad en las rehabilitaciones de los tejados.
El Onduline favorece la colocación de las tejas, bien sea con morteros, con espuma o con procedimientos de fijación mecánica. Se puede poner sobre muy diferentes tipos de cubiertas inclinadas, ya sean madera, hormigón, forjado cerámico u cualquier otra. También pueden ponerse sobre muy distintos tipos de elementos de cubrición, como, por citar algunos, la lizarra, la losa, el hormigón, las tejas cerámicas, las tejas plásticas, etc.
También el sistema Onduline se encarga de respetar el medio ambiente y de aportar su granito de arena al favorecimiento de una mejor sostenibilidad. Su uso en los tejados hace que se origine un circuito de doble ventilación, capaz de impedir que se creen humedades por condensación, gracias a su formato ondulado. Tenemos que tener muy claro que hay muchos modelos (BT-200, BT-50, BT-150 Plus, etc.), lo que aumenta el abanico de opciones para el usuario de Onduline.