Por lo general, estamos habituados a hablar de tejas en términos genéricos, sin pararnos a pensar en los diferentes tipos y modelos que podemos encontrar en el mercado. A la hora de colocarlas en las viviendas y edificios, lo más importante será saber qué clase de tejado es el que mejor se adapta. No obstante, la elección puede llevarse a cabo entre muy distintas opciones. En función de la forma, encontraríamos estas tejas:
La teja árabe, conocida también como lomudo o alomada, se usa en tejados inclinados para favorecer que la lluvia resbale mejor. Suelen tener unos cuarenta y cinco centímetros de largo, entre veintiuno y dieciséis centímetros de ancho, un peso aproximado de dos kilogramos y una forma troncocónica. Su material es el barro cocido. La teja romana se utiliza en cubiertas de tejados inclinados, de ahí que aparezca en edificios muy concretos. Tiene una apariencia rectangular y su pieza canal es aplanada, con los bordes de los lados levantados y con la cobija curvada. Están fabricadas tanto de alfarería como de piedra. La teja mixta o teja belga, con canal y cobija en un misma pieza, y la teja plana, con resaltes y acanaladuras para su ensamblaje, cierran esta clasificación de cuatro tejas por la forma; no obstante hay muchas más tipos especiales y libres que no pueden clasificarse.
Según el material de elaboración, podríamos encontrar tejas de cemento, plásticas, de alfarería, de asfalto, de arcilla, de madera, de pizarra, de metal, de vidrio, fotovoltaicas, etc. Consulte siempre a un especialista como los de reparacion de tejados Madrid Antonio para que le oriente en la instalación del tejado que más se adapte a su vivienda. Si nos ceñimos a las clases de tejas según el estilo, podemos citar las coloniales (muy clásicas y elegantes), las de Portugal (tradicionales y añejas), las francesas (muy polivalentes y amoldables a distintos lugares) y las de Normanda (funcionales y prácticas, idóneas para modernas construcciones).