Hay que tener muy presente que las goteras pueden llegar a generar daños importantes en la estructura del tejado, afectando incluso a los espacios que se encuentren debajo. En este sentido, resulta vital reivindicar la necesidad de efectuar al menos una revisión del tejado al año; las tareas de mantenimiento, realizadas de manera periódica, puede servir para localizar los problemas antes de que puedan causar daños graves. Entre los incordios que pueden prevenirse destacamos los siguientes:
Goteras en las viviendas. Las goteras del tejado pueden afectar al interior de la vivienda, que sufrirá daños graves en sus techos y paredes, así como en su mobiliario. Según la cantidad de agua que se filtre, los daños podrán ser aún peores, pudiendo llegar a dañar incluso la armadura del forjado. El problema principal se manifiesta cuando es necesario echar mano de cubos para impedir que el agua se acabe filtrando a la planta de abajo.
Goteras en los trasteros. Hay edificios con trasteros bajo los tejados, por lo que las goteras incidirán en ellos y dañarán techos, paredes y demás enseres que puedan estar almacenados.
Deterioro de los aleros del tejado. Si el agua se filtra por debajo de la impermeabilización, terminará cayendo por la pendiente del tejado, por lo que se estancará finalmente en los aleros. Luego el agua se va filtrando por los aleros, de manera que la madera se deteriorará y la armadura del hormigón se oxidará y se estropeará. Esta situación suele causar desprendimientos en la vía pública, con el enrome peligro que esto entraña.
Deterioro de la estructura del tejado. Poco a poco las goteras acaban dañando la estructura del tejado, dejando muy vulnerables las vigas, los pilares y demás soportes. La madera se deteriorará, al tiempo que se oxidará la armadura del hormigón. Esto puede generar daños muy peligrosos para las personas; no sería extraño asistir al hundimiento del tejado o a una serie de desprendimientos.