Es normal que a ciertos elementos de nuestro hogar no le demos la importancia que merecen y los descuidemos a tal punto que se dañan en muy poco tiempo. Un buen ejemplo de esto podrían ser los tejados, pues muy pocas personas se preocupan por el cuidado de ellos, lo cual hace que se dañen más rápido. De ahí la necesidad de revisar periódicamente los tejados del hogar para verificar que no tienen ninguna falla o avería y, en caso de existir, solucionarla de inmediato para evitar que el daño se agrave y la solución sea más compleja.
Por lo general, la revisión de los tejados se realiza de forma más constante cuando estos se exponen continuamente a diferentes condiciones climáticas inclementes, tales como fuertes tormentas, caídas de granizo, nieve, entre otros. Sin embargo, no es necesario que se den esas situaciones climáticas para que revisemos nuestros tejados, ya que la simple humedad o la simple cercanía de la rama de un árbol pueden ocasionar leves daños al tejado que, si no se corrigen a tiempo, se irán agrandando hasta convertirse en un problema serio.
Si los tejados no reciben el mantenimiento apropiado, generalmente suceden dos cosas: rotura y posteriormente desprendimiento de las tejas, o agrietamiento del tejado en general.
Otro de los riesgos que se corren al no brindar mantenimiento oportuno a los tejados es que una de sus tejas se despegue y quede suelta, de tal forma que cualquier viento levemente fuerte puede hacer que se caiga, golpeando a cualquier persona que esté cerca o rompiendo algún objeto cercano. Este problema se puede evitar con una simple inspección visual del tejado: cuando alguna teja no está fijada al techo se ve como roto, desplazada o torcida. Por tanto, no es muy complicado resolver este inconveniente, aunque, para una mejor seguridad, se aconseja revisar con sumo detenimiento todo el tejado.
También es un problema la formación de grietas o el agrietamiento de los tejados, el cual se origina al romperse, desplazarse o caerse una teja. No obstante, las grietas también se pueden formar debido a la acción de hongos que se generan por la humedad que permite una mala impermeabilización del tejado. Las grietas son mucho más fáciles de identificar ya que se notan por las filtraciones, humedades y goteras que generan en interior de la casa. Cuando una grieta se detecte, se debe proceder a tapar las grietas de inmediato antes de que se agranden. Para ello, se deben sellar con ayuda de un mortero aislante y luego garantizar el taponamiento con algún material aislante. Para evitar la aparición de grietas, se recomienda primeramente bloquear la aparición de hongos instalando bandas de zinc en las juntas de los tejados, lo cual permite que se establezca una capa de óxido de zinc que elimine los focos de hongos.
Tanto los hongos como las grietas en los tejados son debidos a las condiciones climáticas inclementes normalmente, tal como lo mencionamos antes, pero también se pueden deber a la exposición prolongada a un solo tipo de clima. Por ejemplo, si un tejado está ubicado en una zona donde en todas las horas del día recibe la luz solar directamente, con el tiempo el material del tejado se tostará y posteriormente agrietará. Igualmente, si el tejado se ubica debajo de un árbol y no recibe mucha luz solar, acumulará humedad, lo cual provocará la aparición de algas, hongos, baterías y demás agentes nocivos que dañarán la calidad del tejado.
Si quieres conservar en buen estado tus tejados en todo momento, desde reparacion de tejados Madrid, aquí te dejamos una serie de consejos que debes seguir para ello:
- Revisar una vez al año el estado del tejado: debe comprobarse el estado tanto del revestimiento inferior del tejado tanto como el revestimiento inferior del tejado para ver si existen problemas de humedad o filtración. Adicionalmente, es aconsejable contratar a un profesional para que el revise el tejado, pero al menos una vez cada cinco años.
- Evitar las ramas de árboles cerca del techo: también hay que cortar las ramas que están cerca de los árboles para evitar que el roce constante con el tejado termine ocasionando un daño importante. Asimismo, se recomienda que la chimenea no se encuentre tapada por ramas de árboles para permitir la circulación del aire.
- Verificar el estado de las junturas en el techo: es necesario revisar los conductos de ventilación, la buhardilla, claraboyas y tragaluces, así como las propias tejas y sus respectivos bordes.
- Limpiar las tejas y las junturas: cualquier suciedad acumulada provoca la aparición de hongos, bacterias y otros agentes que dañan la calidad del tejado y reducen su vida útil.
- Remover las hojas caídas de los árboles: las hojas caídas también pueden ser consideradas como suciedad, ya que al acumularse generan un ambiente perfecto para el desarrollo de agentes biológicos que deterioren el tejado.