Dentro de los trabajos de rehabilitación de tejados, la impermeabilización se antoja como una de las maniobras más importantes y básicas para devolver la salud a la vivienda o para prevenir posibles focos de humedad perjudiciales. Yes que los inmuebles pueden verse afectados por la entrada descontrolada de agua, lo que dará lugar a muchos problemas.
En este sentido, el clorocaucho, conocido también como caucho clorado, se erige en un material idóneo para impermeabilizar. Hablamos de un sistema que se aplica con facilidad y rapidez, al tiempo que resulta económico para el bolsillo del usuario; el punto negativo del clorocaucho viene en que su duración es realmente limitada, por lo que habrá que estar pendientes de él.
Las láminas bituminosas son otro sistema muy eficaz, el cual aporta muy diversas variantes para la adaptación a las necesidades de un edificio; estas láminas requieren de profesionales que sepan instalarlos y colocarlos, pues las maniobras de gente amateur no servirán. Las láminas EPDM resisten a la intemperie sin apenas protección, al tiempo que se adaptan a los puntos singulares y que se pueden aplicar a medida.
Por su parte, las membranas líquidas con base de poliuretano son otra interesante alternativa. Son más duraderas y resistentes que el clorocaucho, y aguantan bien los embates de los rayos ultravioletas. Evitan problemas con las juntas, dan continuidad a la superficie y se aplica con gran facilidad, por lo que casi todo son ventajas.
En cualquier caso, lo primordial es combatir la manifestación de humedades, goteras y aguas en el edificio por medio de eficientes sistemas de impermeabilización. Solicitar la ayuda de los profesionales del sector siempre será algo a tener en cuenta y muy recomendable.