Para llevar a cabo una reforma integral en la vivienda es necesario apostar por el servicio profesional más eficiente. Los expertos mejor cualificados y los materiales de más calidad asegurarán un resultado óptimo, de ahí que a veces sea mejor apostar sobre seguro.
Y es que son muchos los trabajos delicados que pueden afrontarse al cambiar una vivienda; la renovación de los elementos del inmueble es un trance que deberemos afrontar con las máximas garantías de éxito. Habrá que planificar y analizar muy bien cómo van a distribuirse los elementos en los espacios y qué diseño y sello personal se le va a dar a la reforma. No hay que obviar que habrá que afrontar una inversión económica respetable.
Antes que nada habrá que examinar las necesidades de la vivienda, y el margen de mejora que posee; saber muy bien cómo quieren vivir los ocupantes en los próximos años será fundamental para ir fijando los pasos a seguir. De este modo, habrá que ir completando la distribución de los espacios, el acondicionamiento térmico y la instalación de los materiales deseados.
También habrá que establecer muy bien los plazos de la reforma, de manera que sepamos cuánto van a durar las obras; será interesante aclarar si los inquilinos van a seguir viviendo en el edificio durante la reforma, ya que esto condicionará enormemente el ritmo y la envergadura de las maniobras e intervenciones de los profesionales. Comparar precios servirá para no contratar un servicio que suponga un coste injusto o inflado.
Conocer a la perfección el dinero con el que se cuenta para afrontar la reforma y fijar unos márgenes para el presupuesto es esencial; en función de ello se podrán ir cotejando los materiales, las calidades y los diseños que sí están al alcance. Habrá que contar sí o sí con todas las licencias y permisos que la reforma requerirá. No hay que obviar que las reformas integrales suponen una oportunidad única para mejorar la eficiencia energética de la vivienda, lo que permitirá ahorrar a largo plazo en el consumo energético.