La reparación de humedades es una tarea que hay que tomar bien en serio, por ello es recomendable ponerse en manos de los mejores profesionales del sector para combatirla. Las paredes de las viviendas, los tejados, las cubiertas y las fachadas pueden acabar cubiertas de moho, con el problema que ello entraña. Y es que no podemos dejar pasar por alto que las humedades no suponen solo una adversidad estética, sino que puede afectar de una manera directa a la salud de las personas.
Las humedades pueden proceder de las fugas de tuberías, pero, no obstante, tienen su origen en otros muchos focos. Así, el deficiente aislamiento de los espacios, las grietas de las viviendas, las dificultades de capilaridad o los escapes en las cañerías pueden dar lugar a mohos y humedades. El moho también puede estar motivado por una mala colocación o utilización de la calefacción; si no hay la ventilación necesaria ni la ubicación conveniente, los problemas de humedad pueden manifestarse.
En cualquier caso, serán las empresas expertas en la materia las que deberán dar con la clave, de ahí que sea tan vital ponerse en contacto con ellas cuando la situación se haya vuelto grave. Los efectos del moho y de las humedades en una vivienda son del todo nocivos; los ocupantes, sobre todo, los ancianos, los bebés y las personas con mayor vulnerabilidad, pueden verse afectadas por enfermedades inmunodeprimidas, así como por problemas de asma, afecciones respiratorias o alergias.
Las sinusitis, las bronquitis y las cefaleas podrían también tener mayor probabilidad de manifestarse en viviendas con mucha humedad. La proliferación de ácaros, bacterias y hongos también está motivada por la presencia del moho. Fatigas, escalofríos y problemas reumáticos o respiratorios podrían además estar potenciados por la humedad que no ha sido combatida en la casa.